martes, 1 de julio de 2014

Fiesta preinauguración

Clara y Marina van en la limosina a la galería de Roberta. Situada en el propio Soho, este es un sitio dedicado a la promoción del arte moderno, el pasatiempo que comenzó como eso, un mero entretenimiento para la adinerada baronesa, pero que se ha convertido en una pasión a tiempo completo. Roberta, la oveja negra de una familia de rancio linaje, abandonó hace tres años una promisoria carrera financiera y un convencional matrimonio de años para dedicarse al arte y la expresión a ultranza de todos sus impulsos.

Cuando Marina asistió a la inauguración de su trabajo el año pasado en Londres, Roberta se encontraba de viaje y no participó de la fiesta con la que fue agasajada la fotógrafa. Fue un tiempo después que Roberta conoció y admiró el arte de Marina e incluso compró unas piezas para su colección privada.

—El trabajo que has traído esta vez es de una gran osadía. Quedé impactada por su solidez y gran formato —dice Roberta, en señal de saludo a las dos mujeres—. Este es el programa de hoy: entrevista en la BBC a las 10 de la mañana, sesión de fotos y rueda de prensa con The Sun, The Times y The Guardian a las 11. Almuerzas conmigo a la una, y luego tendrás un tiempo libre para prepararte para la fiesta preinauguración de 3 a 5, una fiesta privada con amigos en mi apartamento. A las 6 será la apertura oficial de la muestra.

Marina, Clara y Roberta recorren las salas de la exposición. Marina firma varios catálogos, que serán expuestos después y vendidos al mejor postor, para varias causas benéficas. Marina aprueba cada uno de los detalles que se le presentan. Clara va a su lado también complacida. Cada vez que Marina ve algo que le gusta, aprieta la mano de Clara y ésta le devuelve el apretón.

Las tres mujeres siguen el plan trazado. Roberta y sus asistentes no han dejado nada al azar. Todo rueda sobre bien aceitados rieles.

Después del almuerzo, Clara y Marina están a solas. Ya han descansado y ultiman los preparativos de salida a la fiesta preinauguración. Para poder cumplir con la agenda del día, Marina tiene la adrenalina a mil.

Clara está nerviosa y trata de calmar sus nervios dándole un masaje a Marina. Clara intenta aflojar su tensión moviendo, a veces suave, a ratos fuertemente, sus manos por el cuello y los hombros de Marina. Marina respira honda y relajadamente. Pero el ama de casa no logra desestresarse.

—Marina, cuando dices que no eres exclusivista, ¿funciona el asunto de los dos lados? —pregunta Clara con un hilo de voz—. Quiero decir, tú aceptabas la idea de compartirme con Cadú. ¿Yo también tendría que aceptar compartirte a ti con alguien más?

Marina abre los ojos sorprendidísima. No esperaba lo que está escuchando. Sonríe y toma de la mano a Clara… dispuesta a contestar…

Roberta entra a la habitación: —¿Listas para la fiesta preinauguración? —dice, dejando a Marina con la palabra en la boca y mil torbellinos en el corazón de Clara.

Las tres llegan al apartamento de Roberta. Los amigos de la baronesa esperan en la media luz que invade el lujoso y amplio lugar. Roberta saca un control remoto que lleva en el bolso, lo oprime y comienza a rodar un documental sobre la vida y obra de Marina Meirelles.

Después de quince minutos, acaba la filmación y se encienden más luces, sin despejar del todo la agradable semi penumbra que amortigua el salón.

Los invitados aplauden y comienzan los camareros a circular con bandejas y copas. Roberta toma de la mano a Marina, que toma de la mano a Clara…

Una música en vivo comienza a sonar… del fondo del salón surge “
I've Got You Under My Skin” en la voz del propio Rod Stewart acompañado por una orquesta de diez músicos.

—Sé que te gusta la música de Cole Porter. “I've Got You Under My Skin" es mi preferida. Ven Marina, baila conmigo —dice Roberta.

Marina suelta de la mano a Clara y sigue a Roberta. Otros invitados se unen al baile. Clara observa a la distancia.

Termina la canción y Marina busca a Clara. Roberta toma de la mano a Marina, que toma de la mano a Clara.

—Ven, te presento a Megan Ellison, la productora de cine, y a su compañera. Seguramente que conoceras su trayectoria. Megan es jovencísima, pero tiene toda la claridad sobre lo que quiere hacer en la vida. Ya nos ha revolucionado con películas como Zero Dark Thirty y American Hustle.

— Este es Ai Weiwei, podrías venir conmigo a ver la instalación que tiene expuesta en el museo de Brooklyn —continúa Roberta mientras se pasea por el salón y va abordando a una cantidad de rostros conocidos:




De España, están Pedro Almodóvar y Elena Anaya;
de Nueva York, Anna Wintour, la editora de Vogue; el exalcalde Nueva York, Mike Bloomberg; y la fotógrafa y viuda de Susan Sontag, Annie Leibovitz;
de Alemania llegaron la condesa Carla von Lahnstein y su esposa Stella Mann, y también su prima Rebecca y su compañera Marlene Wolf;
de Brasil, Daniela Mercury y su esposa;
de Los Angeles llegaron Gustavo Dudamel, el muchacho venezolano que es el nuevo director de la Orquesta Filarmónica; Bette Porter y Tina; y Helena Peabody y su compañera actual;
del mismo Londres están Paul McCartney y Nancy Shevell, su esposa; y el responsable de haberle cambiado la silueta a Londres, el arquitecto Norman Foster y su esposa;
por otro lado está Yoko Ono, que llegó sola, pero que no pierde la oportunidad para pescar compañía para la semana;
llegaron también Angelina Jolie, que vino sin Brad y acompañada por su amiga del momento; Marina Navratilova y su compañera; y Anne Hidalgo, la recién electa alcaldesa de París y su esposo.

—Ay, y éste es Rod, a quien ya escuchaste cantar. Oh, y Madonna no vino porque estuvo conmigo la semana pasada en mi isla del Caribe. Tuvo que cancelar su gira por el Japón para acompañarme, pero no puede cancelar sus giras tan seguido —sigue explicando Roberta.

*******

Marina intenta estar a solas con Clara, pero se ve interrumpida a cada rato por el huracán de mil cabezas que es Roberta.

—Te tengo guardada otra sorpresa… Para que te sientas en casa, le he pedido a Elton que acompañe al piano a Simone y que te dediquen mi canción preferida en portugués “Eu sei que voi te amar” —dice Roberta, y luego tararea un trozo de la canción—: Desesperadamente eu sei que voi te amar…

El ánimo de la fiesta va in crecendo. Los invitados circulan de un lado a otro… Beben… Bailan… Prodigan sus afectos.

Clara charla tímidamente con Daniela Mercury y su esposa.

Marina se levanta al baño. Desde el otro lado del salón, Roberta la observa y la sigue en esa misma dirección.

Sin pensarlo dos veces, Roberta se mete al baño en el que está Marina.

Parafraseando una canción (que tal vez ni conozca, pero que le cae al dedillo a cada uno de sus deseos), Roberta aplasta a Marina contra la pared del baño. La sujeta de los brazos y le lanza: —No hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo…





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**Reproducción autorizada siempre y cuando se cite esta fuente.**

1 comentario:

  1. Huy que buena edición, que ba aunque sea en anime no! Bueno mientras algún país saque el refrito,copia, versión o como le llamen en cada uno.

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